Volver a Prismas, vol. 24, núm. 1, 2020

   Centro de Historia Intelectual 

 

 Reseñas

 

Federico Neiburg y Jane I. Guyer (eds.),

The Real Economy: Essays in Ethnographic Theory,

Chicago, hau Books, 2019, 299 páginas

El volumen colectivo The real economy: Essays in Etnographic Theory, recientemente editado por Federico Neiburg y Jane Guyer, representa una interesante apuesta en varios sentidos. En primer lugar, combina el interés de quienes lo editan en la etnografía como método y su aplicación para el análisis del mundo económico. Siguiendo sus trabajos de los últimos años, Neiburg y Guyer se interrogan acerca de la economía real y dejan en evidencia una serie de tensiones. Es un abordaje que contempla algo que podríamos definir como economía práctica. Aquí cobra notoriedad una de las primeras tensiones que el libro recupera: la economía, en tanto disciplina científica, estableció generalidades y, a partir de ellas, teorías con pretensión universal. La economía real, por su parte, muestra el límite que aquellas teorizaciones experimentan en la puesta en práctica. El foco del trabajo es que esa amplia zona de lo real deja en evidencia la tensión entre teoría y práctica, entre generalizaciones y prácticas, central para el caso de la economía, cuya particularidad es la de ser a la vez conceptualización y práctica.

Entre otras cosas, lo real de la economía se cristaliza en aquello que es traducido en índices que adquieren reconocimiento más allá de la comunidad de expertos: índice de precios al consumidor, por ejemplo. Esos indicadores son los que enuncian las crisis: cuando determinado valor se ubica por fuera de lo considerado normal en determinado consenso experto se está frente a una crisis. A partir de las situaciones críticas, el volumen hace foco en otra tensión, la relativa al tiempo: la economía real permite planificar, temporizar. Las crisis, como sostuvo Claudio Lomnitz,[1] rompen con las temporalidades consideradas socialmente como normales. Cuando los valores de los indicadores de la economía real muestran alternaciones respecto de los parámetros acordados como normales, aquello que estaba planeado, que podía esperarse que suceda, queda pendiente. Lo real y lo turbulento, sostienen Neiburg y Guyer, convergen. Las crisis, incluso, pueden dar lugar a las emergencias económicas, otra forma de cristalización: ante índices por fuera de lo deseable se establece legalmente la noción de emergencia, que habilita a la toma de decisiones que no tendrían lugar en situaciones acordadas como normales. La crisis vivenciada como real lleva a cambiar las expectativas basadas en teorías. Las excepciones y las emergencias, aquellas situaciones donde se suspende lo que “debería ser”, marcan, en todo caso, el límite de las teorías y el dominio de la práctica.

Las crisis son situaciones oficializadas como tales a través de algún discurso experto: económico en este caso, pero que aplica a muchos otros, como la actual crisis sanitaria enunciada por epidemiólogos y sanitaristas. El foco en la economía real revela que puede experimentarse como situación crítica a nivel personal o colectivo aun cuando “la macro” no esté en crisis. Así, el volumen invita a despojarse de binarismos: lo real y lo formal son parte de un mismo sistema, aunque no siempre la investigación o la política económica atiendan a los dos espacios de la misma manera. Este foco devuelve al análisis académico a todo un mundo igualmente constitutivo de lo económico. Esto conecta con un tercer eje que recorre el libro: el de lo moral. Si en el comportamiento económico nada es individual, la mirada etnográfica sobre la economía real recupera el comportamiento económico social y con ello las moralidades asociadas al (y producto del) mundo económico.

El volumen ofrece un variado panorama donde ver la economía real. El capítulo de Fabian Muniesa aborda la educación práctica de las escuelas de negocios, donde se expone al alumnado al análisis de casos reales para su resolución hipotética. La reproducción de lo real resulta sustantiva: se dispone de información económica acerca de las compañías que son tomadas como caso, y se establece una limitación horaria para la resolución como réplica de un plazo perentorio, que repite el manejo del tiempo en una situación real. Las presentaciones de los equipos que analizan los casos hacen lo propio en una suerte de juego de rol: se visten como agentes económicos, como se espera que vistan gerentes de empresas, y se presentan como tales. Esa teatralidad asume el supuesto de que hay un único comportamiento económico real, y monta un enorme aparato institucional para crear estas situaciones.

El capítulo Deductions and counter-deductions in South Africa, de Deborah James, focaliza en el sistema de microcréditos y cobranzas formales, informales y en algunos casos ilegales en Sudáfrica. Lo informal de la economía deja en evidencia los límites del poder estatal, y en este sentido este capítulo dialoga con la literatura de antropología del Estado que marca la limitación de asumir que la realidad institucional de los Estados puede caracterizarse a partir del estudio de sus instituciones formales. Entre otros, los trabajos de Abrams, Gupta y Mitchell[2] dan cuenta de que los procesos de formación de Estados, en particular en el mundo periférico, son permanentes, incompletos, heterogéneos y parcialmente informales. El capítulo marca muy bien la disputa entre diversos actores por determinar qué y cómo definir lo que debe hacerse. También presenta la apuesta que realizan los actores entre el espacio económico formal y el informal, sacando ventajas de cada uno de ellos. Es un hallazgo de este volumen el foco en esa zona gris, ese entre espacio entre lo formal y lo informal. En A political anthropology of finance in cross-border investment in Shanghai, Horacio Ortiz analiza reportorios económicos entendidos como imaginarios: prácticas y significados que construyen ecosistemas, y donde los actores se desenvuelven de manera diferente, según su labilidad y creatividad. El capítulo propone una antropología política de las prácticas financieras cotidianas, y evidencia los múltiples imaginarios sobre las ganancias puestas en juego en las negociaciones y cómo a su vez se combinan con, y dan forma a, los imaginarios sobre el Estado y la identidad cultural. Ese Estado involucra a actores en los márgenes, que no son necesariamente miembros de la burocracia, sino que se asientan en las zonas grises y que las contribuciones de este libro recorren hábilmente. En la misma línea, en Making workers real on a South African border farm Maxim Bolt indaga en la vida burocrática de los trabajadores negros migrantes en granjas de frontera entre Zimbabue y Sudáfrica y en el estatus legal de trabajador que les permite, también, el desarrollo de otras actividades. El reconocimiento como trabajadores, sostiene Bolt, los hace visibles a las autoridades y merecedores de estar allí, lo que aun en la fragilidad administrativa supone una realidad. Sin embargo, la actividad real no se restringe a lo medible de la economía, ya que, justamente, el estatus legal de trabajador habilita a (o se combina con) prácticas no registradas. La economía real pivotea entre lo registrable y lo oculto. Esto incluye la escasa capacidad estatal para llegar con su registro a los trabajadores que quedan bajo la órbita de las granjas y sus dueños, que hasta negocian la emisión de un documento de identidad propio: quedan fuera del estatus de refugiado y los define como trabajadores. Y, a la vez, jaquea la capacidad estatal para el control de su territorio porque confina a los trabajadores a vivir solo en y para la granja que los emplea.

En Resisting numbers. The favela as an (un)quantifiable reality, Eugênia Motta analiza la estadística como herramienta para crear realidad. Sostiene que esa disciplina ha sido funcional a una representación de las favelas en Río de Janeiro al definirlas como un aglomerado subnormal. Esta tipificación, que normalizaba un modelo de urbanización como el único legítimo, contribuyó a separar y diferenciar las favelas respecto del resto del tejido urbano del que forman parte. Motta encuentra que el análisis estadístico definió a las unidades domiciliarias independientes sin tener en cuenta una configuración mucho más fluida que se da en la favela. Ese diseño estadístico, pensado para un tipo de urbanización distinto y tomado como estándar, no pudo captar esta especificidad.

En What is a ‘real’ transaction in high-frequency trading, Juan Pablo Pardo-Guerra se interroga acerca de lo real en el capitalismo financiero informatizado y automatizado. Trabaja así analizando la interacción de infraestructura tecnológica, conocimientos, transacciones y categorías, y en las relaciones, aun efímeras, que se establecen en cada transacción financiera en el microsegundo de su duración. Sostiene que esas relaciones son tan reales que se han establecido reglas para identificar y evitar, y eventualmente penar, la manipulación, las compra-ventas falsas que buscan alterar los precios de las acciones. Aunque esa práctica desleal existía en la comercialización cara a cara, las implicaciones morales del anonimato impuestas por la tecnologización son otras, y ponen en juego la condición de real asociada al propio sistema financiero.

 En Soybean, bricks, dollars, and the reality of money in Argentina Mariana Luzzi y Ariel Wilkis analizan los repertorios financieros que tuvieron lugar en la Argentina a partir del control oficial del mercado de cambios, a partir de la existencia de una pluralidad de monedas disponibles en la economía real de manera simultánea, que se ordenan jerárquicamente producto de imaginarios y prácticas. Plantean que esas jerarquías no son estáticas sino múltiples, en conflicto, temporales y relacionales. Así, las analizan a partir de dos casos específicos: el mercado de desarrollo inmobiliario y el de la soja, productos que establecen sus precios en relación con el dólar, y funcionan como monedas
que se pueden intercambiar, vender o negociar por otros bienes. Se trata de un sistema de conversión ad hoc establecido como práctica
en la economía real.

En Corporate personhood and the competitive relation in antitrust Gustavo Onto analiza la supervisión oficial antimonopolio en los procesos de fusión de empresas dedicadas a la educación privada en el Brasil. La complejidad que identifica el autor es que en el mercado actúan casi exclusivamente corporaciones y personerías legales; entidades corporativas con naturaleza tanto jurídica como económica, antes que personas a título individual. Se trata de encontrar conductas económicas más allá de quién las lleve a cabo. Según Onto, la financiarización económica de los últimos años complejizó el rastreo de los datos que realizan los oficiales públicos dedicados a evitar la cartelización económica, quienes debieron identificar los lazos reales detrás de la aparente independencia entre firmas. En otras palabras: identificar las relaciones económicas reales que se ocultan en la opacidad del andamiaje legal.

 En el capítulo How will we pay? Projective fictions and regimes of foresight in US college finance, Caitlin Zaloom indaga en el establecimiento de una moral alrededor de la planificación financiera que las familias de los Estados Unidos hacen para que sus hijos e hijas accedan a la privativa educación superior. Considera que esa planificación es la economía real producto de las políticas financieras públicas y privadas y su mella moral en la vida familiar. El acto de planificación económica supone la apelación a actos imaginativos que denomina ficciones proyectivas, historias morales que organizan una visión de futuro sobre la base de las actividades económicas del presente. Analiza el sustento ficcional sobre el que cada una de las políticas sociales se apoyan, y a la vez contribuyen a sostener. Estas ficciones proyectivas supusieron, además, el establecimiento de marcos temporales diferentes (que en la actualidad suponen décadas de anticipación financiera) que moldean los comportamientos familiares.

Fernando Rabossi analiza la construcción mediática del contrabando como problema de la economía brasileña en Smuggling realities On numbers, borders, and performances. El autor se detiene en el flujo comercial no registrado en la frontera entre Brasil y Paraguay para atender todo aquello que no se registra, pero también es lo real del contrabando: los puestos de trabajo y la riqueza que generan. El capítulo analiza los vínculos entre los medios de comunicación, las organizaciones promotoras y las celebraciones alusivas, como el Día de combate del contrabando, que dan como resultado la instalación del fenómeno como problema nacional fundado en números de dudosa factoría, “un disparate de fuentes, suposiciones y manipulaciones” que busca invisibilizar el lobby y la agenda oculta: el reclamo corporativo por la reducción de impuestos.

El volumen cierra con un epílogo en el que Bill Maurer se interroga acerca de los límites y las potencialidades del método etnográfico para la definición y el abordaje de los fenómenos económicos. Sostiene que la etnografía permite recuperar la polifonía, las diferentes temporalidades y, agregamos, las moralidades que la economía pone en juego. En general, los trabajos del volumen sortean con éxito el desafío. Y uno de sus mayores hallazgos es exponer las variopintas caras de lo real, que permiten vincular lo general con lo particular, y el caso específico con preguntas teóricas e intereses generales. De otro modo, recuperar lo real a partir de casos obligaría a una escala borgeana que daría por resultado un mapa del imperio grande como el imperio.

Jimena Caravaca

cis-Instituto de Desarrollo Económico y Social / conicet



[1] Claudio Lomnitz, “Times of Crisis: Historicity, Sacrifice, and the Spectacle of Debacle in Mexico City”, Public Culture, 15, 1, enero de 2003.

 

[2] Philip Abrams, Akhil Gupta y Timothy Mitchell, Antropología del Estado, México, fce, 2015.