Volver a Prismas, vol. 24, núm. 1, 2020

   Centro de Historia Intelectual 

 

 Reseñas

 

 

Paula López Caballero y Christophe Giudicelli (eds.),

Regímenes de alteridad. Estados-Nación y alteridades indígenas en América Latina, 1810-1950,

México, Universidad de los Andes / Universidad Nacional de Villa María / Universidad Nacional Autónoma de México, 2019, 292 páginas

Después de haber sido publicado en Francia en el año 2017, Regímenes de alteridad. Estado-Nación y alteridades indígenas en América Latina, 1810-1950 cuenta con su edición en castellano. Su arribo se produce en un escenario en el que el tratamiento de las poblaciones indígenas en la construcción de las repúblicas hispanoamericanas ha renovado el interés de diferentes investigaciones que vuelven la mirada sobre un período en el que los procesos de estatización y de nacionalización estuvieron indisolublemente ligados a la definición de una alteridad interna.

Por otra parte, en el transcurso de las últimas décadas, numerosos grupos indígenas vienen generando demandas y luchas articuladas en clave étnica, ganando protagonismo en la escena política. Para comprender estos procesos contemporáneos es central contar con investigaciones que exploren cómo operaron aquellos procedimientos hegemónicos de identificación y gestión de la población nativa a lo largo del siglo xix e inicios del xx. Allí donde la identidad indígena fue estigmatizada, silenciada o negada por diversas “narrativas de extinción”,[1] los procesos de revitalización étnica iniciados en la última década del siglo xx muestran una diversidad de experiencias históricas que reclaman su historización. Los actuales movimientos de reivindicación de los pueblos originarios son un producto histórico a reconstruir reparando en las formas que asumieron las relaciones entre el Estado y los grupos étnicos durante la configuración de las nacientes repúblicas. Y esto señala la importancia que tiene repensar el despojo del que han sido víctimas las sociedades indígenas no solo en un pasado lejano, sino también en los tiempos del Estado-nación.[2]

En esa dirección, el libro editado por Caballero y Giudicelli pone el foco en los procesos de categorización, dotación y variación de los diversos sentidos atribuidos a lo indígena a lo largo de la geografía latinoamericana siguiendo los casos de Argentina, México, Paraguay, Colombia y Bolivia. Uno de los principales aportes de la obra radica en explorar estos regímenes nacionales de alteridad en toda su complejidad partiendo de la hipótesis de que las definiciones de “lo indígena”, lejos de ser estables, variaron (y varían) de manera permanente. En ese marco, la minuciosa reconstrucción de las diversas identificaciones y gestiones estatales de la población “autóctona” recupera contextos cambiantes y contradictorios a lo largo de estas coordenadas. Así como también evidencia experiencias tan contrastantes como las de México y la Argentina, mostrando cómo en el primer caso el indígena fue un actor protagónico en la construcción nacional, mientras que en el segundo quedó marginado tanto geográfica como simbólicamente a los confines de la Nación.

Otra de las importantes contribuciones de esta compilación se refiere a su enfoque metodológico. Nos referimos al desafío de visibilizar a las poblaciones indígenas entre 1810 y 1950 a partir de las fuentes documentales disponibles. A saber: documentos administrativos, diplomáticos y judiciales elaborados por estados y burocracias que no hablaban de “indios”, sino de campesinos o ciudadanos. Esta desmarcación étnica de registros estatales ha llevado a autores como Mark Thurner[3] a plantear la necesidad de reformular el enfoque de Benedict Anderson: más que “comunidades imaginadas”, debería pensarse en términos de comunidades “inimaginadas”. Esta operación implica redoblar esfuerzos y precauciones metodológicas en pos de estudiar a las comunidades políticas subalternas a partir del imaginario discursivo criollo. En tanto este libro pone en primer plano la problematización de las categorías sociales que circulan entre los actores estudiados, aporta una serie de claves para complejizar la retórica de la igualdad jurídica y étnica republicana, y realizar un ejercicio de reconstrucción histórica de los discursos sobre la diferencia.

¿Quién es ese otro interno? ¿A partir de qué elementos se define y cómo? Los trabajos que integran este volumen se formulan estas preguntas profundizando el diálogo entre investigadores que, desde diversas perspectivas analíticas y objetos de estudio, cubren el período para los casos mencionados. En conjunto, también invitan a relativizar algunos aspectos del carácter “nacional” de los regímenes de alteridad, que establecen ciertas regularidades.

El libro está organizado en tres partes. El prólogo y la introducción, a cargo de los editores, abren una serie de líneas y puntos de referencia que enriquecen el horizonte problemático de la obra. Los artículos que componen la primera parte (“Los archivos de la alteridad. Museos, colecciones, enciclopedias”) ponen de relieve la delimitación de la alteridad indígena por parte de las élites políticas y científicas en sus cruces con las nacientes disciplinas, como la antropología y la arqueología. En esa dirección, Jesús Bustamante analiza en clave comparativa los museos nacionales de México y la Argentina, considerando sus discursos sobre “el indio” y el desarrollo de las tradiciones antropológicas y etnográficas. En su capítulo, Christophe Giudicelli reconstruye uno de los dilemas del régimen positivista liberal de fines del siglo xix: el de dotar a la Argentina de un patrimonio indígena nacional que le otorgue profundidad histórica y legitimidad al nuevo orden republicano, al mismo tiempo que este orden avanza en contra de los “salvajes” contemporáneos. Cierra este primer bloque el trabajo de Aura Lisette Reyes, quien a partir de dos espacios de observación, el Museo Nacional de Colombia y las misiones católicas fronterizas, indaga sobre la construcción de la alteridad indígena en Colombia.

La segunda parte del libro (“Regímenes de alteridad en los márgenes territoriales y simbólicos de la Nación”) retoma las preguntas planteadas en el libro para pensarlas desde las fronteras de las construcciones nacionales. En esa dirección, Lorena Rodríguez analiza para el caso de la provincia argentina de Tucumán los procesos que redefinieron a los actores étnicos, sometiéndolos a un contradictorio proceso de invisibilización y, a la vez, de marcación social y subalternización entre la colonia y la república. Laura Brondino se interroga en su artículo por las categorías de “vecino” e “indígena” en el Yucatán del siglo xix, considerando sus reelaboraciones en el contexto de conformación de la ciudadanía republicana. Luc Capdevila analiza el proceso de construcción de la alteridad en Paraguay, preguntándose por la centralidad del bilingüismo y el mestizaje en su desarrollo. En su trabajo sobre el espacio chaqueño, Nicolas Richard explora la importancia del sistema onomástico para el estudio de las alteridades.

La tercera parte de la obra (“Los regímenes de alteridad y los proyectos reformadores de los Estados-Nación”), se compone de artículos de Laura Giraudo y Françoise Martínez, quienes analizan para el caso mexicano y boliviano, respectivamente, las interacciones entre proyectos gubernamentales y poblaciones definidas como autóctonas. En el epílogo, Carmen Bernand retoma intereses presentes en publicaciones anteriores de la autora, plasmados en el análisis comparado de las luchas entre los nacientes Estado-Nación y los pueblos indígenas en México y la Argentina.

Considerado en su totalidad, el libro invita al lector a acercarse a los procedimientos de construcción de la alteridad de las flamantes naciones latinoamericanas, a través de nuevas perspectivas teóricas y metodológicas. Y dialoga con otras experiencias investigativas que estudian problemáticas afines en la región desde una perspectiva comparada,[4] consolidando una agenda de trabajo común sobre el problema de las alteridades indígenas en los estados nacionales.

Dolores Estruch

Universidad Nacional de San Martín / conicet / Universidad de Buenos Aires



[1] Diego Escolar, Los dones étnicos de la Nación. Identidad huarpe y modos de producción de soberanía en la Argentina, Buenos Aires, Prometeo, 2007.

 

[2] Carmen Bernand, Los indígenas
y la construcción del Estado-Nación. Argentina y México, 1810-1920: Historia y Antropología de un enfrentamiento
, Buenos Aires, Prometeo, 2016.

 

[3] Mark Thurner, “Republicanos y la comunidad de peruanos: comunidades políticas inimaginadas en el Perú postcolonial”, Histórica, vol. 20, nº 1, 1996, pp. 93-130.

 

[4] Bernand, Los indígenas y la construcción; Diego Escolar y Lorena Rodríguez (comp.), Más allá de la extinción. Identidades indígenas en la Argentina criolla. Siglos xviii-xx, Buenos Aires, SB, 2019.