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Artículos
Retrato del filósofo
como joven anarquista
Luis Juan Guerrero y la Editorial Argonauta
Ricardo Ibarlucía
Instituto de Filosofía “Ezequiel de Olaso” (Centro de Investigaciones Filosóficas-conicet) / unsam
Resumen / Abstract
Retrato del filósofo como joven anarquista. Luis Juan Guerrero y la Editorial Argonauta
El objeto principal de esta investigación es reconstruir la tarea que en su juventud desplegó Luis Juan Guerrero (1899-1957) en la Editorial Argonauta a partir de su correspondencia con Diego Abad de Santillán entre 1922 y 1925. Tomando como hilo conductor las ediciones, los prólogos y las traducciones que estuvieron a cargo del filósofo argentino, el presente estudio examina el catálogo y los proyectos de esta pequeña pero influyente editorial anarquista surgida del seno de la Liga de Educación Racionalista, que publicó por primera vez en castellano textos de Errico Malatesta, Luigi Fabbri, Rudolf Rocker, Emma Goldman, Alexander Berkman, Piotr Archinoff, Volin, Pierre Ramus y Piotr Kropotkin. A través de las preocupaciones filosóficas y políticas del joven Guerrero, indaga en la inserción de Argonauta dentro del movimiento anarquista de la Argentina y rastrea sus vínculos con agrupaciones revolucionarias de Italia, Alemania, Rusia y los Estados Unidos.
Palabras clave: Filosofía argentina - Anarquismo en la Argentina - Publicaciones anarquistas - Liga de Educación Racionalista - Diego Abad de Santillán
A Portrait of the Philosopher as a Young Anarchist: Luis Juan Guerrero and the Argonauta Publishing House
The central aim of this research is to
reconstruct the work that Luis Juan Guerrero (1899-1957) carried out during his
youth in the Editorial Argonauta, on the basis of his correspondence with Diego
Abad de Santillán between 1922 and 1925. Using as guiding thread the editions,
prologues and translations that the Argentinian philosopher was commissioned to
write, the present paper examines the catalog and projects of this small but
well reputed anarchist publishing house that emerged from the Liga de Educación
Racionalista (League for Rationalist Education),
and which was the first to publish texts in Spanish
by Errico Malatesta, Luigi Fabbri, Rudolf Rocker, Emma Goldman, Alexander
Berkman, Piotr Archinoff, Volin, Pierre Ramus and Piotr Kropotkin. Through
Guerrero’s philosophical and political concerns, it explores the positioning of
Argonauta within the anarchist movement in Argentina and traces its links with
revolutionary groups in Italy, Germany, Russia and the United States.
Keywords: Argentinian Philosophy -Anarchism in Argentina - Anarchist Publications - Liga de Educación Racionalista - Diego Abad de Santillán
Fecha de recepción del original: 17 / 09 / 2019
Fecha de aceptación del original: 22 / 11 / 2019
Cuenta Diego Abad de Santillán en sus Memorias que, hacia 1920, “un grupo anarquista amigo”, del que participaba el filósofo argentino Luis Juan Guerrero, creó una editorial llamada Argonauta, que dio a conocer en castellano obras de Rudolf Rocker, Luigi Fabbri y Piotr Kropotkin.[1] Pese a haber publicado su primer libro y varias traducciones en esta editorial,[2] Santillán no vuelve a referirse a ella en su autobiografía, ni menciona a Guerrero en ninguna otra de sus obras, con excepción del tercer tomo de su Gran Enciclopedia de la Argentina (1957), donde consagra una entrada completa a su viejo camarada, fallecido recientemente. Destacando que en su juventud Guerrero “integró diversas iniciativas culturales y editoriales en los ambientes obreros” como miembro de la Liga de Educación Racionalista y uno de los fundadores de la Editorial Argonauta, Santillán evoca sus estudios en los Estados Unidos y en Alemania, su doctorado en la Universidad de Zúrich con una tesis titulada La formación de una teoría general de los valores en la filosofía contemporánea (1925), su actividad docente en las universidades de Buenos Aires, La Plata y el Litoral, las numerosas reediciones de su Psicología (1939), su desempeño como Secretario de Actas en el Congreso Nacional de Filosofía de 1949 y su inconclusa Estética operatoria en sus tres direcciones (1956).[3]
La participación de Guerrero en el movimiento anarquista de la Argentina, objeto de esta investigación, se encuentra centralmente documentada en un conjunto de 27 cartas dirigidas a Santillán y fechadas en Buenos Aires, Marburgo, Zúrich y otras ciudades europeas entre julio de 1922 y diciembre de 1925, cuyos manuscritos se conservan en el Internationaal Institut voor Sociale Geschiedenis (iisg) de Amsterdam.[4] La importancia histórica de estas cartas es doble: a la vez que constituyen una fuente de valor inestimable para el estudio de los años de formación de Guerrero, permiten reconstruir la actividad de esta pequeña pero influyente editorial libertaria de la que fue uno de los principales artífices.[5] Partiendo de esta correspondencia, en las siguientes páginas nos ocuparemos de describir la intensa labor –hasta hoy prácticamente desconocida– que, cuando era apenas un joven estudiante de filosofía, Guerrero desplegó como editor, traductor y prologuista de diversas obras publicadas por Argonauta, mostrando la relación entre esta editorial y la Liga de Educación Racionalista, su inserción dentro de la Federación Obrera Regional Argentina Comunista (forac) y sus vínculos con agrupaciones revolucionarias de Italia, Alemania, Rusia y los Estados Unidos.
Los Argonautas
En el momento en que inicia su correspondencia con Santillán, Guerrero tiene 23 años y vive con sus padres en una casa de la calle Juramento 4836, en el barrio de Villa Urquiza.[6] Atrás ha quedado su vocación por la Ingeniería, que lo llevó con una beca a las universidades de Pensilvania y Michigan. Desde su retorno a la Argentina en 1918, estudia en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, es “socio activo” del Centro de Estudiantes,[7] participa del movimiento de la Reforma y se desempeña como “Secretario” en el Colegio Nacional de La Plata, del que es egresado y donde ha logrado impulsar, durante el rectorado de Saúl Taborda, algunas ideas pedagógicas, como la Compañía Teatral Estudiantil y el Taller de Educación Estética.[8] En 1920, junto con otros integrantes de la Liga, ha fundado la Editorial Argonauta, cuya declaración de principios se reproduce en la contratapa o en las páginas finales de sus publicaciones, unas veces precedida de un gran signo de interrogación y otras bajo el logotipo de una fragata de cuatro velas surcando un mar tormentoso:
mostrar el ideal comunista y libertario que se agita en el seno del movimiento mundial,
publicar los mejores pensamientos y las realizaciones más importantes llegadas de todos los países, en todos los idiomas, sobre todas las cuestiones –siempre que contengan algo de ese ideal de igualdad y libertad,
imprimir verdades solamente: que todas nuestras publicaciones sean auténticas, claras, exactas. No amoldar las ideas ajenas a los caprichos de individuos, ni a los intereses del momento,
publicar ideas únicamente; no frases banales, ni disputas inútiles;
publicar ideas una vez más; no comerciar con ellas, ni tratar de imponerlas;
una empresa de desinterés, de honestidad, de libre acuerdo.
una publicación rara posiblemente… y quizás única.
una publicación de compañeros, en una palabra.
una publicación que busca la ayuda igualmente desinteresada, igualmente honesta, igualmente libre, de aquellos que también se sienten compañeros en una causa y en un ideal.
Tales son los propósitos que animan a la
editorial argonauta[9]
En los comienzos, Argonauta funcionó en un local de la Liga de Educación Racionalista, ubicado en la calle Santiago del Estero 460, en el barrio de Montserrat. Alineada con la forac, hacía suya la declaración de 1905 sobre la necesidad de desarrollar “la propaganda e ilustración más amplia, en el sentido de inculcar en los obreros los principios económicos y filosóficos del comunismo anárquico”.[10] En los primeros días de octubre de 1922, al igual que La Protesta y La Antorcha, la revista Ideas de La Plata, el quincenario La Pampa Libre de General Pico y la Agrupación de Ebanistas, que imprimía el periódico Nueva Era,[11] la editorial participó del Primer Congreso Anarquista de la Región Argentina, celebrado en el salón La Perla de Avellaneda, en el cual se ratificó “el apoyo de la colectividad anarquista” a todas sus publicaciones y la necesidad de promover la “educación racionalista”.[12]
En distintas cartas, Guerrero explica la conformación de la “familia argonáutica”.[13] Roque Matera es retratado como un Max Nettlau “infinitesimal”, “el Gran Maestre de un formidable ‘Archivo Anarquista’ destinado a iluminar todos los países del otro lado del Atlántico”,[14] mientras que M. L. Sobrado y José María Fernández –bajo cuyos nombres figuró, sucesivamente, la casilla de correo de Argonauta– aparecen como responsables de la distribución comercial.[15] Guerrero también menciona, aunque solo por su apellido, a otros tres compañeros: Novick, Massone y Pampín.[16] Entre los allegados, se destaca Salomón Resnick, colaborador del periódico idish Di Presse y la revista Vida nuestra. La editorial cuenta con el apoyo de la asociación “Los Amigos de Argonauta”, integrada por “buenos compañeros, activos ya en otras agrupaciones, comités y sindicatos”, pero dispuestos a trabajar también “para aportar fondos”.[17] Guerrero, por su parte, se presenta como el “compañero entusiasta”,[18] a cargo de todo el proceso de edición, desde la selección de los títulos y el trato con los autores –a quienes les escribe en inglés– hasta la redacción de prólogos y notas, la supervisión de traducciones, la revisión de galeras y la relación con los Talleres Gráficos La Internacional.
A principios de 1923, pasando en limpio una conversación con Matera, Guerrero define la posición de Argonauta en el marco de “tres líneas de fuerzas que actúan en sentido divergente” dentro del movimiento anarquista de la Argentina: “La Protesta, la fora y el grupo llamado pachequista (La Antorcha e Ideas)”.[19] Estas tres corrientes, aunque continúan siendo focos de inspiración para la comunidad libertaria, pecan por igual de “exclusivismo” desde el momento en que pretenden que ella “se estire en una sola dirección, a expensas de las otras dos”, lo que constituye un grave error, porque “el movimiento regional no consiste ni siquiera en la suma de esas tres fuerzas, sino en el terreno comprendido entre esos tres vórtices, en las instituciones, hombres e ideas colocados entre esas tres posiciones irreductibles y extremas”.[20] Frente a “estas tres cristalizaciones, estos tres conatos de capilla”, que han producido “tipos de mentalidad estrechos y absorbentes” y que, cuando han podido, han monopolizado y desvirtuado las actividades más prometedoras”, Guerrero defiende “la organización parcial y autónoma de cada una de las distintas funciones del anarquismo”[21] y, como ha dicho en una carta previa, considera que todas las rencillas internas derivan, en última instancia, de un problema aun mayor:
El estancamiento: he ahí el enemigo. No sin razón nos llaman “petrificados” aquellos que han producido el milagro de la reviviscencia (?): los bolcheviques, que oponen al socialismo del Marx Nº2 (1880) [,] el Marx Nº 1 (1848), y los ‘neo’-anarquistas, que a la cristalización kropotkiniana, semi-dogmática y cientificista, oponen la cuasi-doctrina, flácida y amorfa, de aquellos tiempos en que el anarquismo aún estaba en pañales, en medio del movimiento social, sin haber definido todavía ninguna de sus posiciones. Total: una evolución detenida de parte de nosotros y una involución progresiva de parte de aquellas otras tendencias.[22]
Racionalistas y anarco-bolcheviques
Las cartas de Guerrero dan cuenta de la situación “un tanto afligente, financiera e intelectualmente hablando”,[23] por la que atraviesa Diego Abad de Santillán desde su llegada a Berlín en los primeros meses de 1922. Mientras la República de Weimar naufraga en la hiperinflación, solo cuenta para vivir con lo que cobra como corresponsal de La Protesta y un pequeño salario de la editorial Der Syndikalist.[24] Encargándole desde traducciones hasta la compra de libros, máquinas de escribir o microscopios para los miembros de la Liga, Guerrero le gira regularmente dinero y le ha conseguido “credenciales” tanto de Argonauta como de la Editorial Minerva, sello alternativo creado para difundir, como veremos, obras que rebasen el marco doctrinario del comunismo anárquico.[25] Guerrero alienta a Santillán a capitalizar un viaje que él mismo desea realizar para compenetrarse con el pensamiento de la Escuela de Marburgo y las nuevas corrientes de la filosofía alemana. Estima poder embarcarse un día “no muy lejano” y se ilusiona con la perspectiva de trabajar en Alemania como traductor o “profesor de castellano”, motivo por el cual le pide a su amigo que le envíe información sobre el costo de vida para un empleado o para un estudiante. [26]
Así, mientras estudia la lengua y rinde “unas materias” para obtener “el título de Profesor en Filosofía o cosa por el estilo” que le facilite el acceso a las universidades alemanas, Guerrero se ocupa también de diversas actividades del movimiento anarquista, algunas de ellas clandestinas, que lo llevan a viajar a Montevideo y mantener varios domicilios postales, entre otros el de la Asociación Cristiana de Jóvenes, en la Avenida Paseo Colón 161.[27] En junio de 1922, una de sus tareas en la Liga es el dictado de un “curso de Filosofía Griega, bastante concurrido y muy animado”, de unas “25 clases, entre las 9 y las 11 y ½ de la noche”, en el que lee y explica “algunos diálogos de Platón”.[28] En septiembre, ha empezado a impartir otro curso similar sobre “la época alejandrina, el cristianismo, la edad media y el renacimiento”.[29] Probablemente, ambos cursos formaran parte del amplio llamado a crear universidades populares y ateneos que la Liga hizo ese año, en cuyo marco Guerrero figuraba como uno de los docentes a cargo de clases orientadas “a la instrucción general y también a la divulgación”.[30]
Por las cartas de Guerrero constatamos que la Liga ya no cuenta entre sus filas con Julio R. Barcos y otros animadores de la década pasada y “solo existe en la imaginación de los componentes de la Editorial Argonauta: todos ellos somos ex secretarios de la institución, uno es aún Secretario y otro es Tesorero; en cuanto a los restantes miembros de la Comisión son un tanto ficticios”.[31] A mediados de 1921, había estallado un conflicto entre anarco-comunistas y anarco-bolcheviques, con motivo de la visita de Watson Davies, miembro del Partido Comunista Británico y delegado del Segundo Congreso de la iii Internacional. Por considerarlo “un compañero bien conocido e insospechado de parcialismo”, el Consejo Federal de la forac, que habría de resolver la “descalificación” de Barcos, Nemesio Canales y otros militantes acusados de oficiar como “agentes políticos” de Moscú, pidió a Guerrero un informe sobre las actividades de Watson en Buenos Aires.[32] En su declaración, Guerrero confirmó que Barcos había sido su “guía” y que lo había puesto en contacto con la fora sindicalista y la propia forac, por intermedio de Antonio A. Gonçalves, Sebastián Ferrer y Enrique García Thomas, para impulsar la unificación de las organizaciones obreras de acuerdo con las “tácticas aconsejadas” por la Internacional Sindical Roja.[33]
La correspondencia de Guerrero arroja luz, al mismo tiempo, sobre las relaciones de Kurt Wilckens con el grupo Argonauta, apuntadas por Osvaldo Bayer.[34] En los días previos al atentado del 27 de enero de 1923 contra el teniente coronel Héctor Benigno Varela, responsable de la matanza de obreros en la Patagonia, Matera le escribe a Santillán, advirtiéndole que su compañero de pensión ha “desaparecido de los ambientes que solía frecuentar”.[35] Dos semanas después, buscando llevar tranquilidad a Santillán, Guerrero comenta que el atentado de Wilckens, detenido en la cárcel de Caseros, “es el que mejor ha caído entre la opinión pública” y ha encontrado “por todas partes, cuando no una justificación consciente, al menos una explicación o un tributo de simpatía o un deseo muy grande por conocer los hechos que le motivaron”.[36] La policía no se ha atrevido a molestar a los miembros de Argonauta y el arresto del conscripto Horacio Badaraco solo ha sido “un bluff” con el que el gobierno de Yrigoyen ha intentado “dar satisfacción a los elementos conservadores, hasta tanto se olvidaran del asunto”.[37]
Luego de su llegada a Alemania, en abril de 1923, Guerrero intervino en otras actividades del movimiento anarquista. A fines de noviembre, cuando acababa de matricularse en la Universidad de Marburgo, fue invitado a participar, como delegado de la Federación Obrera Regional Uruguaya (foru), de la Conferencia de Innsbruck de la Asociación Internacional de los Trabajadores (ait), en compañía de Santillán, delegado a su vez de la forac.[38] Según el “Protocolo”, Guerrero se desempeñó como “presidente suplente” del buró.[39] El encuentro sirvió, entre otras cosas, para acordar con Pierre Ramus la traducción de La nueva creación de la sociedad por el comunismo anárquico, cuya primera parte Argonauta publicaría en 1928.[40] Una postal de la ciudad de Innsbruck dirigida a Sonja Grossman, pareja de Ramus, registra la firma de Guerrero, junto a las del propio Ramus, Rudolf Rocker, Albert Jensen, Armando Borghi, Santillán y otros congresales.[41] Días después, Guerrero viajó a Viena para entrevistarse con Max Nettlau, a quien había contactado por correo desde Buenos Aires y luego desde Berlín,[42] con el propósito de discutir varias cuestiones de interés para los miembros de Argonauta: el destino de su biblioteca personal, que anhelaban comprar pese a las inmensas dificultades de su traslado a la Argentina, la preparación de unos “Anales históricos del anarquismo” y la posibilidad de publicar su libro sobre la influencia de Bakunin en España.[43]
La Revolución proletaria en Italia
En los inicios de Argonauta, la problemática propia del llamado biennio rosso ocupó un lugar destacado en el catálogo. La primera publicación, en 1920, fue El Congreso de Bolonia de la Unión Comunista Anárquica Italiana (1º al 4 de julio de 1920).[44] Este folleto de 48 páginas, ilustrado con viñetas de Hugo Ortoma, dio a conocer las deliberaciones del congreso fundacional de la Unione Anarchica Italiana (uai), organización de síntesis de las diversas corrientes libertarias (comunistas, socialistas, sindicalistas, educacionistas, insurreccionalistas, individualistas). Junto al “Programa del Congreso”, incluía los informes “Anarquismo y acción sindical”, “Los Soviets y su constitución” y “Por una agitación pro-víctimas políticas”, así como extractos del “Programa anarquista” de Errico Malatesta, el “Pacto de Alianza” y resúmenes de las discusiones sobre el rol del periódico Umanità Nova, el Frente Único Revolucionario, los Consejos de Fábrica, la Tercera Internacional y la Revolución Rusa.[45]
En 1921, Argonauta publicó Hacia una sociedad de productores, un libro de 80 páginas, que exhibía en la tapa el grabado en blanco y negro de un obrero herido sobre un fondo de fábricas humeantes. La nota editorial declaraba la intención de dilucidar, a través del debate del “proletariado militante” italiano, “el problema de la creación de organismos aptos para la obra de administrar los destinos de una nueva sociedad”.[46] Como introducción, se traducía un artículo de Zino Zini aparecido en L’Ordine Nuovo, al igual que otros de los textos recopilados.[47] La primera parte del volumen, “Los planes de la nueva organización social: Lucha de ideas sobre la constitución de los Soviets”, comprendía un extracto del programa maximalista del Partito Socialista Italiano (psi) y la propuesta de Nicola Bombacci para la constitución de los soviets, junto con las críticas marxistas de Palmiro Togliatti, las del sindicalista revolucionario Enrico Leone y las del anarquista Argon.[48] La segunda parte, “Los cimientos de la nueva organización social: Lucha de ideas sobre la creación de los Consejos de Fábrica”, contraponía la “concepción comunista marxista”, de Angelo Tasca, y la “concepción comunista anárquica”, de Maurizio Garino.[49]
El mismo año, Argonauta editó también Páginas de lucha cotidiana, un libro de 156 páginas, que recopilaba y traducía por primera vez a otra lengua los artículos de Errico Malatesta en Umanità Nova. El volumen comprendía también otros dos textos de reconocidos libertarios: “Cincuenta años de agitaciones revolucionarias”, de Luigi Fabbri, y “Una jornada en la vida de Malatesta”, de Rudolf Rocker. El prólogo de los editores destacaba la relevancia que tenía, para Malatesta tanto como para el movimiento anarquista de la Argentina, que la publicación hubiese sido inspirada “por la voluntad del ideal, y no el interés material tan ávido en estos tiempos por comercializar todo –hasta la obra misma de los revolucionarios…”.[50] En 1926, la editorial daría a conocer un segundo título de Malatesta: En el café. Conversaciones sobre el anarquismo, “traducción directa de la última edición italiana revisada y completada por el autor y que fue publicada en Bolonia en 1922” con un prefacio de Fabbri.[51]
En agosto de 1921, la Liga de Educación Racionalista y Argonauta suscribieron el “Manifiesto Colectivo de las Agrupaciones sobre estrangulamiento de la Propaganda anarquista en Rusia”, junto con La Protesta, Tribuna Obrera, La Antorcha, Ideas, la Unión Comunista Anárquica Argentina (ucca) y la forac.[52] La declaración coincidió con el lanzamiento de La crisis del anarquismo, un folleto de 32 páginas que reunía seis artículos de Fabbri escritos entre 1917 y 1920, dos de ellos bajo el seudónimo de Catilina: “Períodos de crisis”, “Comunismo y anarquía”, “La actitud de la III Internacional hacia los anarquistas”, “El Estado y la Revolución”, “Revolución y Dictadura” y “La función anárquica en la Revolución”.[53] En la nota preliminar, tras subrayar la importancia de las épocas de crisis para la revitalización de las luchas sociales, los editores sostenían que la experiencia rusa inauguraba para el anarquismo una de estas épocas, imponiéndole una profunda revisión de “sus doctrinas y sus tácticas”.[54]
A comienzos de 1923, Argonauta dio a la imprenta otro título de Fabbri: Dictadura y revolución, un volumen de 436 páginas, traducido del italiano por Santillán. Guerrero, a cargo de la edición, entabló correspondencia con el autor e incorporó los cambios por él propuestos, tradujo la nueva introducción y el “prólogo especial” de Malatesta, elaboró la bibliografía final y redactó la nota preliminar.[55] En ella se explayó sobre la situación de “los pueblos de la Europa Occidental, aprisionados en la violenta crisis de la post-guerra”, los sentimientos contradictorios frente a la Revolución Rusa y “el ciclón homicida fascista desencadenado en Italia”, señalando cuatro aspectos que, en su opinión, demostraban la imparcialidad de los análisis de Fabbri: 1) el “correcto empleo” de la palabra “socialismo” ante las nuevas denominaciones puestas en boga desde Moscú; 2) el legítimo uso del calificativo de “revolucionarios” para referirse a buena parte de los socialistas italianos que, desde la primera hora, estuvieron en contra de la Gran Guerra y a favor de la Revolución Rusa; 3) el enaltecimiento del “valor eminentemente crítico” del anarquismo en las “polémicas de doctrina” y su “función específica” en las luchas revolucionarias; 4) “el análogo reconocimiento […] a la intensa obra de agitación revolucionaria que, en otro tiempo, desarrollaron en Rusia los bolshevikis”.[56]
Cartas desde Rusia
En 1920, Argonauta publicó ¿Soviet o Dictadura? El dilema de la Revolución Rusa, un folleto de 32 páginas. En la nota preliminar, los editores invitaban a reflexionar sobre “el verdadero origen y significado de los organismos proletarios de la actual Revolución Social”, alegando que la llamada “dictadura del proletariado” –que tanta acogida había encontrado “entre los partidarios de un Estado ordenador de las actividades humanas, de una centralización rigurosa y de régimen burocrático para la dirección de todas las funciones sociales”– pretendía “otorgar carácter universal y definitivo” a un régimen que solo podía tener “una duración accidental” y expresar “únicamente el momentáneo predominio de la gestión política (o dictatorial) de un partido sobre la libre gestión económica (o sovietista) de toda comunidad”. [57]
¿Soviet o Dictadura? reunía dos ensayos de Rudolf Rocker, probablemente traducidos del idish por Resnick. El primero, que daba título al folleto, oponía “el origen libertario de la idea de Soviet” de la Primera Internacional al “origen burgués de la idea de Dictadura”, surgida con la Revolución Francesa, como expresión del jacobinismo.[58] El segundo texto, “Los principios en lucha: marxismo, bolschevikismo y anarquismo”, argumentaba que la caída de la Comuna de París, al término de la Guerra Franco-prusiana, alteró fatalmente el rumbo de la historia revolucionaria. Implicó la desaparición de la Primera Internacional y el ocaso del “socialismo liberal y antiautoritario” de los países latinos, que fue reemplazado por el “férreo dogmatismo” de la social-democracia alemana, con sus “teorías estatales y antilibertarias”, sus “fraseologías teológicas” y sus “sofismas fatalistas”.[59]
Entre los escritos de Rocker, se intercalaba la traducción del inglés de tres cartas de Emma Goldman y Alexander Berkman, fechadas a principios de 1920, tras su llegada a Rusia deportados de los Estados Unidos.[60] El destinatario de la primera carta de Goldman, escrita apenas dos semanas después de arribar a San Petersburgo, era el escritor estadounidense Frank Harris, director del Pearson’s Magazine de Nueva York. La versión castellana, realizada por el político y jurista Francisco Filós (hijo), cuyo nombre no se consigna en el folleto de Argonauta, había aparecido en la edición panameña de la revista Cuasimodo, con una nota preliminar del propio Harris.[61] Goldman celebraba el “ardiente amor por las artes y las letras” que la Revolución había expandido en un pueblo hasta hacía poco hambriento y exhortaba a “trabajar enérgicamente” contra el bloqueo de las potencias imperialistas, “el crimen más negro de la humanidad”.[62] La segunda carta, aproximadamente de la misma fecha, estaba dirigida a su sobrina Stella Comyns Ballantine, miembro de la revista Mother Earth. En ella refería las conversaciones que, junto con Berkman, había mantenido con Bertrand Russell y otros delegados del Partido Laborista Británico y los contactos que ambos habían establecido con Rocker, “muy activo en el movimiento obrero de Alemania”.[63]
La carta de Berkman, de la cual se traducen solo algunos pasajes y se resumen otros, es ligeramente posterior y está dirigida a Mary Eleanor Fitzgerald, su compañera en los Estados Unidos.[64] Culpando al bloqueo occidental del sufrimiento del pueblo soviético, describe la “situación espantosa de desorganización, hambre y desórdenes” que reina en Polonia, habla de “pogroms horripilantes” y enumera los “artículos de primera necesidad” faltantes en Rusia, para concluir diciendo: “La vida parece ser un raro enigma; aquellos que piensan en poder resolverlo son verdaderamente gente muy feliz. Fui yo uno de ellos, muchos años atrás”. [65] Ni esta carta ni la anterior se encuentran repertoriadas en los archivos de Berkman y Goldman en el iisg y la Universidad de California. No es imposible que copias de ellas hayan llegado a Buenos Aires a través de Fitzgerald, con quien Guerrero mantenía relación epistolar.[66] El intercambio entre Argonauta y Mother Earth era ciertamente muy fluido: en marzo de 1924, mientras se reponía de una neumonía en un sanatorio de Davos Dorf, Guerrero recibió una carta de Goldman, hoy perdida, proponiéndole publicar en castellano Mi desilusión en Rusia (1923), con los doce capítulos finales y el epílogo suprimidos en la primera edición norteamericana, pero Argonauta “indudablemente” no estaba en condiciones de hacerlo.[67]
Uno de los documentos principales ofrecidos en ¿Soviet o Dictadura? fue el “Llamado a los pueblos occidentales contra la intervención capitalista y contra la dictadura política” de Piotr Kropotkin.[68] El mensaje, fechado en Dmitrov el 28 de abril de 1919, había sido dado a conocer en Gran Bretaña por Margaret Bondfield, integrante de la misión del Partido Laborista en Rusia.[69] Es probable que Guerrero, familiarizado con los escritos de Kropotkin desde sus años de estudiante en los Estados Unidos, donde su obra “servía hasta de texto”,[70] haya sido el autor de la traducción del inglés y de la breve presentación en la que se afirma que “el viejo maestro del comunismo anárquico” advierte en este texto sobre las “consecuencias nefastas” que resultan de la tentativa bolchevique de “amalgamar la organización social propia del comunismo libertario […] con el órgano específico de la gestión política del comunismo autoritario, esto es el Estado”.[71]
A manera de cierre, ¿Soviet o Dictadura? ofrecía un artículo titulado “Makno y la aplicación de los principios anarquistas en Ucrania”, escrito por un anónimo camarada ruso para “un periódico de ideas de París”.[72] El texto, sin embargo, más que una explicación de las formas de organización promovidas por Nestor Makno, ensayaba una defensa de su figura pública ante las acusaciones de las que era objeto, ya por parte de los bolcheviques, que lo tachaban de contrarrevolucionario, ya por la prensa occidental, que lo retrataba acaudillando “bandas” que saqueaban aldeas y organizaban pogromos. Recién en 1926, Argonauta daría a conocer, en traducción de Santillán, la Historia del movimiento machnovista (1918-1921), de Piotr Archinoff, con un prólogo de Volin que llamaba a comprender, a contracorriente de las tendencias de “partido”, la verdadera naturaleza de los movimientos “independientes”, que nacen del impulso de las masas y no piden más que “una asistencia ideológica, sincera y abnegada”.[73]
Utopía y ética libertaria
De los escritos de Rudolf Rocker que los integrantes de la Liga esperaban publicar en Buenos Aires solo dos llegaron a ver la luz. Bolshevismo y anarquismo (1922), un folleto de unas 60 páginas, se transformó en el título de mayor impacto de Argonauta y fue reeditado en Barcelona, en ocasión de la Conferencia de Zaragoza, organizada ese mismo año por la Confederación Nacional del Trabajo española.[74] Tras recordar la participación de los anarquistas en la Revolución, su oposición al gobierno provisorio de Kerensky y la lucha de Makno y sus partisanos contra el Ejército Blanco, el editor del Arbeiter Fraynd denunciaba el autoritarismo y la derechización del régimen soviético. Acusaba a Lenin y a sus seguidores de conducir el socialismo hacia un “Capitalismo de Estado”, promover “el envenenamiento moral de la opinión pública”, perseguir a los revolucionarios que no comulgaban con la “Biblia bolchevique”, controlar la Tercera Internacional y manipular a las masas revolucionaras alemanas en 1919, mientras “se fusilaba a los rebeldes de Cronstadt” y la Checa se lanzaba a “la caza de los anarquistas y sindicalistas de toda Rusia”.[75]
El segundo título fue Artistas y rebeldes (1922), un volumen de casi 300 páginas, que agrupaba una veintena de artículos de Rocker, aparecidos en su mayoría en el Arbeiter Fraynd y en el semanario alemán Germinal. Su contenido abarcaba desde las obras de August Strindberg, Edgar Allan Poe, Oscar Wilde, Multatuli, Gustavo Adolfo Bécquer y Cervantes hasta las ideas sociales de Tolstoi, Proudhon, Charles Fourier, Wilhelm Marr, Kropotkin, Bakunin, Pietro Gori o Louise Michel. La traducción de Salomón Resnick no dejó conforme a Guerrero y, al informarle a Santillán que el libro acababa de salir de la imprenta, contó que se había visto forzado a “hacer de nuevo una buena parte del trabajo” para lograr que el texto presentara “un estilo más fluido y elegante, más en consonancia con la índole de los temas que en él se tratan”.[76] Además, tuvo que “revisar muchos papeles, libros y revistas para constatar nombres de obras literarias, personajes de esas obras, individuos que han luchado en el ambiente social, nombres de ciudades, combates, asambleas, etc., etc., fechas y muchos otros datos más –de los cuales Rocker es muy rico en sus escritos– que Resnick no había constatado como era debido”.[77]
Estos cuestionamientos a la traducción de Artistas y rebeldes serían puramente anecdóticos si no fuera porque a través de ellos nos enteramos de que Guerrero escribió el prefacio del libro. La información aparece al cabo de una sucesión de ataques a Resnick por haberse apartado del anarquismo y ser parte de la revista Vida Nuestra, “que es un centro sionista”, cuyas “actividades dentro de la colectividad israelita son de carácter nacionalista”.[78] Así como Guerrero cree que sería conveniente que Santillán le explicara a Rocker que “Resnick no solo no pertenece a la Editorial, sino que ni siquiera sigue siendo un compañero”, no quiere que le cuente “que el autor de ese bodrio de Prólogo que lleva el libro soy yo, pues me podría fulminar cablegráficamente”.[79] Podría parecer “harto aventurado”, como dice en su introducción, haber pretendido “trazar, sin materiales ni críticas suficientes, una completa biografía de Rocker”.[80] Su objetivo, sin embargo, era presentar a Rocker “como escritor sobre temas de ciencia, historia o literatura”, una faceta desconocida para los lectores de habla castellana, que solo habían tenido acceso a los ensayos de propaganda social traducidos por Argonauta:
Quizá resulte así tan extraño este libro para los que solo conocen en Rocker al notorio agitador anarquista como para aquellos que, ocupados tan solo en las dilecciones del espíritu, no han sentido aún, en la morada de sus pensamientos y de sus emociones, el soplo vivificante de una crítica que les interprete las labores del pasado y los esfuerzos del presente en nombre de teorías aún no comprobadas, de sistemas filosóficos lejos todavía de ser construidos, de sociedades cuya hora aún no ha sonado en el mundo, de Utopías por lo tanto, pero de Utopías que ya existen como valoración para nuestro conocimiento y como rumbo para nuestras actividades.[81]
En su prefacio, Guerrero subraya también el hecho paradójico de que el autor más prestigioso de la prensa anarquista en idish no sea judío ni oriundo “de alguna aldea perdida en las estepas rusas”, sino de ascendencia católica y nacido en Maguncia.[82] Evoca su militancia en el Partido Social-Demócrata de Alemania y su actividad en Londres al frente del Arbeiter Fraynd. Luego refiere la clausura del periódico durante la Gran Guerra y la internación de Rocker en “un campo de concentración”, así como su intento de volver a Alemania al estallar la Revolución de Noviembre de 1918 y la siniestra ironía de que “los revolucionarios marxistas, que habían subido al poder, se lo impidieron en virtud de que 25 años atrás había sido expulsado… por revolucionario”.[83] Elogia los escritos de Rocker en Der Syndikalist, su papel en el Consejo Federal de la faud y su participación en la Conferencia Internacional del Sindicalismo de las Izquierdas de 1920 y en el Congreso Anarquista Internacional de 1921.[84] Finalmente, describe los ensayos recopilados “como jalones colocados a la vera del áspero camino de la vida de un agitador social”, que despliegan “la amplia visión que del mundo y de la vida entreabre el ideal anárquico”.[85]
Artistas y criminales acababa de salir de la imprenta cuando, enterado de la publicación póstuma de la Ética (1921) de Kropotkin, Guerrero le pidió a Santillán que gestionara desde Alemania, en nombre de Argonauta, los derechos de publicación de la totalidad de sus escritos.[86] Ante la imposibilidad de lanzar las “obras completas” mientras no estuviera lista su edición definitiva en ruso, alemán o inglés, concibió “una variante muy provechosa y oportuna”, a saber: “anunciar la publicación de las Obras de Pedro Kropotkin, sin adjetivarlas todavía como completas”.[87]Argonauta organizaría “una suscripción por 6, 7 u 8 tomos de tamaño grande (pero que resultarían en total a un precio módico), publicándose en ellos sus obras capitales, precisamente aquellas menos conocidas o totalmente desconocidas en castellano”.[88] Para iniciar la serie, que “mostraría todas las facetas del pensamiento kropotkiniano y sería una excelente lección viva de universalidad anárquica”, él mismo traduciría Los ideales y la realidad en la literatura rusa (1905), volumen que recopilaba las conferencias dictadas por el anarquista ruso en el Lowell Institut de Boston en 1901.[89]
Ética (Parte primera). Origen y evolución de la moral apareció con el sello de Argonauta en 1925.[90] La versión española, basada en la edición rusa prologada y anotada por Nicolás Lebedeff, estuvo a cargo de Nicolás Tasín, traductor de Antón Chéjov y Leonid Andreiev. Guerrero trabajó sobre el libro en 1924, cuando ya se encontraba estudiando en la Universidad de Zúrich. Cotejó la traducción con la versión alemana realizada por la editorial Der Syndicalist,[91] confirió al texto “un estilo literario corriente y agradable”, corrigió “una serie de errores filosóficos, que los anteriores editores pasaron por alto”, distribuyó equilibradamente “la exposición de las doctrinas éticas modernas en un par de capítulos (con los títulos y subtítulos correspondientes) y preparó “un índice de nombres (como en la edición alemana) y una Nota de obras de Ética con traducción española”.[92] Finalmente, redactó una advertencia, señalando la incorporación de los “sumarios explicativos” de Lebedeff y la aprobación tanto de la editorial anarco-sindicalista Golos Truda como de Sasha Kropotkin, hija única del autor, que otorgaron a Argonauta los “derechos exclusivos” de publicación en español.[93]
Renovación filosófica de los valores revolucionarios
El cuadro de las actividades de Guerrero no estaría completo si no nos refiriésemos al proyecto de la Editorial Minerva. La idea surgió “por un motivo puramente circunstancial”: Guerrero y un amigo, “constituidos en Alfonso Bernard”, habían “traducido y ordenado unos escritos” de y sobre Georg Friedrich Nicolai, cuando se conoció la noticia de que, inhabilitado para retomar su actividad docente en Berlín por haberse negado a combatir en la Gran Guerra, el biólogo alemán había sido contratado por la Universidad Nacional de Córdoba.[94] Como Guerrero no quería entregar estos textos “a un editor burgués”, ni darlos a conocer en una revista, “porque eso equivalía a enterrarlos”, concibió un sello alternativo para difundir “escritos de importancia […] y de actualidad” que, sin pertenecer al movimiento libertario, fueran afines a él y procuraran algunas ganancias.[95] Así, promediando 1922, vio la luz Nicolai y el pensamiento social contemporáneo, un libro de 80 páginas, conformado por un largo ensayo de Romain Rolland sobre La biología de la guerra (1917), cuya traducción del francés firmaba Bernard, al igual que la introducción, “El espíritu heroico y la labor intelectual de Nicolai”; les seguía un artículo del propio Nicolai, “La ciencia y la fe en la convicción personal”, aparecido en la revista político-literaria España con el título “La reacción y los sabios”.[96]
Aunque el proyecto de Minerva no fue más allá de este título, su concepción habla por sí misma de las inquietudes filosóficas del joven Guerrero. Con este sello, imaginaba una colección de libros que contribuyera a “la renovación de los valores revolucionarios”,[97] pero se daba cuenta de que semejante empresa era de más difícil realización que cualquiera de sus otros planes, a falta de escritos de estas características en las filas del anarquismo. Guerrero explicita esta preocupación en una carta de junio de 1922, respondiendo a “una observación o reproche” de Santillán por haberse “desviado” hacia la Escuela de Marburgo.[98] En primer término, aduce que su intelecto “es todavía –gracias a Dios o al Espíritu Santo– suficientemente plástico para no encerrarse en la estrechez de ningún dogma”.[99] No ve herejía alguna en estudiar a autores como Friedrich Albert Lange, Hermann Cohen, Paul Natorp o Ernst Cassirer, por más que en ciertos aspectos se encuentren muy lejos de sus “habituales ideaciones”: “En suma, podría decirle que deseo conocer la Escuela de Marburgo por una tentación diabólica, porque he heredado del diablo sus dos grandes atributos: curiosidad e ironía”.[100]
La segunda parte de la respuesta avanza sobre la cuestión de fondo. La Escuela de Marburgo, además de hacer de Kant “una piedra angular” de la filosofía contemporánea, representa “el único esfuerzo serio y ponderable para realizar, en la época actual, una vasta obra intelectual en comunidad”.[101] Hay en el mundo, sin duda, “muchos buenos pensadores, pero aislados”, “grupos que trabajan en común, pero sometidos siempre a un maestro”, discípulos quizás de un genio que, “teniendo ya resueltos los problemas, se contentan con espigar detalles o alambicar teorías”.[102] En cambio, la Escuela de Marburgo, como ha mostrado Natorp, constituye una “comunidad de trabajo”.[103] Esto es lo que Guerrero más valora: “el hecho de que un grupo de hombres, en medio del egoísmo y del afán de originalidad que domina por todas partes, haya hecho obra intelectual en común y al mismo tiempo libre, que los uniera en sus esfuerzos, no un resultado, no un dogma, sino una preocupación común y un método”. [104]
Guerrero no quiere “jugar con un asunto tan serio” como la filosofía y, con su viaje a Alemania, aspira a forjarse “un conocimiento fundamentado de la Historia de los problemas de la Cultura y una apreciación justiciera de todos los valores tradicionales”.[105] Solo después de haber adquirido una buena formación estará en condiciones de “juzgar con algún criterio las múltiples tendencias del pensamiento contemporáneo, tan atrevido, tan interesante, tan multiforme, pero también tan pobre por lo general de fundamentos históricos”.[106] Esta carencia se percibe no solo en “todo el positivismo, incapaz de comprender los valores de la Historia y negador en el fondo de toda Filosofía”, sino también en Henri Bergson, “creador en ciertos aspectos, pero reacio a una fundamentación crítica”.[107] En contraste, la Escuela de Marburgo y las tendencias más recientes de la filosofía alemana –la llamada Escuela de Baden, la axiología, la fenomenología– encarnan un verdadero “despertar filosófico” que, con todo el bagaje de los conocimientos científicos desarrollados durante el siglo xix, ha vuelto a plantear los grandes problemas del espíritu.[108]
En su afán por renovar las premisas del comunismo anárquico, Guerrero ha aprendido a “apreciar en su justo valor” la Historia del materialismo (1866) de Lange, “la clara percepción” de los problemas culturales de Wilhelm Windelband en su Historia de la filosofía (1892), obra que maneja en italiano, y a falta de una traducción de La teoría kantiana de la experiencia (1871) de Cohen, “el libro similar en castellano” de Manuel García Morente, La filosofía de Kant (1917).[109] Por el contrario, un opúsculo como El pensamiento filosófico y el anarquismo (1921), del educador racionalista Enrique Nido, le parece muy ilustrativo de las deficiencias teóricas del movimiento. Escribir algo mejor no llevaría mayor trabajo, pero tratar seriamente el tema sería cuanto menos “prematuro”, ya que la disputa entre las diversas corrientes filosóficas se encuentra aún “demasiado viva para que sea posible construir un sistema que incluya todas las preocupaciones y todos los motivos”.[110] Una obra de esa envergadura “no podría ser sino un corolario, una aplicación práctica, de ese sistema”: “Pero aún no hemos llegado a trasmutar el pensamiento kropotkiniano, aún no estamos en condiciones de dar nuevos fundamentos filosóficos al anarquismo. Algún día será…”[111]
En los años siguientes, Guerrero lograría compenetrarse con las nuevas corrientes espirituales europeas. En la Universidad de Berlín, tomó clases con Johann B. Rieffert, Heinrich Maier y Max Dessoir y, durante su primera estadía en Marburgo, cursó con Paul Natorp, Nicolai Hartman, Carl Horbst y Martin Heidegger, que dejó una fuerte impresión en él.[112] En la Universidad de Zúrich, estudió con Heinich Wölfflin y Gottlob Friedrich Lipps y Willy Freitag.[113] Luego recorrió Europa, asistió a diversos congresos de psicología y estética y pasó cerca de un año en Hendaya junto a Miguel de Unamuno.[114] En el semestre de invierno de 1927, volvió a asistir al seminario de Heidegger, que acababa de publicar Ser y tiempo (1927). A comienzos de marzo de 1928, tras cinco años de ausencia, Guerrero retornó al país convertido en el primer filósofo argentino en haberse doctorado con una tesis en alemán. o
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[1] Diego Abad de Santillán, Memorias, 1897-1936, Barcelona, Planeta, 1977, pp. 72-73 y 76.
[2] Diego Abad de Santillán, Historia del movimiento anarquista en Argentina. Desde sus comienzos hasta 1910, Buenos Aires, Editorial Argonauta, 1930.
[3] Diego Abad de Santillán (ed.), Gran Enciclopedia Argentina, 8 vols. y un Apéndice, Buenos Aires, Ediar, 1957-1964, vol. 3, p. 664. Para la trayectoria intelectual de Guerrero, véase Ricardo Ibarlucía, “Luis Juan Guerrero, el filósofo ignorado”, en Luis Juan Guerrero, Estética operatoria en sus tres direcciones. I. Revelación y acogimiento de la obra de arte. Estética de las manifestaciones artísticas, ed. de R. Ibarlucía, Buenos Aires, unsam Edita, Las Cuarenta, Biblioteca Nacional, 2008, pp. 9-93.
[4] “Luis Juan Guerrero, 1922-1925 y s.f.” (en adelante: GS), en Diego Abad de Santillán Papers (en adelante: dasp), N°137, Amsterdam, Internationaal Instituut vor Sociale Geschiedenis (iisg). Copias en Buenos Aires, Centro de Investigaciones Filosóficas y Centro de Investigación y Documentación de la Cultura de Izquierdas en Argentina.
[5] La identidad de Guerrero ha pasado con frecuencia inadvertida para quienes han consultado esta correspondencia. Así, por ejemplo, María Fernanda de la Rosa se refiere a “José Luis Guerrero” como un “activo colaborador de La Protesta”, periódico en el que nunca escribió (“Diego Abad de Santillán y su actuación en el anarquismo argentino”, Temas de historia argentina y americana, nº 1, julio-diciembre de 2002, p. 204, n. 53), mientras que María Migueláñez Martínez transcribe su nombre como “Luis Juano (sic) Guerrero”, sin precisar de quién se trata (“Anarquistas en red. Una historia social y cultural del movimiento anarquista continental, 1920-1930”, en Actas del IX Encontro da anhplac, Goiânia, 26-29 de julio de 2010, p. 11, n. 29 y 31). Por su parte, Lucas Domínguez Rubio, en su insoslayable trabajo El anarquismo argentino. Bibliografía, hemerografía y fondos de archivo (estudio preliminar por Laura Fernández Cordero, filmogr. por Lucio Mafud, Buenos Aires, Libros de Anarres-cedinci, col. Utopía Libertaria, 2018, p. 136), registra correctamente los datos biográficos del filósofo argentino, pero le atribuye la autoría de un artículo firmado por José Guerrero, estudiante reformista del Colegio Nacional de La Plata: “La reacción está a las puertas de la universidad”, en Julio R. Barcos y Nemesio Canales (eds.), Cuasimodo. Magazine interamericano de información mundial, afirmación de ideas renovadoras y aquilatación de los valores intelectuales predominantes en España y América, segunda época, nº 19, Buenos Aires, 1ª decena de junio de 1921, p. 10.
[6] Véase Luis Juan Guerrero, “Matrikel”, Archiv der Philipps-Universität Marburg, Uniarchiv (en adelante: Uniarchiv Marburg): 305m 1 nº 81, 1923-1924.
[7] Véase “El Centro de Estudiantes de Filosofía”, Verbum. Revista del Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras, año 12, nº 46, octubre de 1918, p. 100.
[8] En la única foja que se conserva del Legajo de Guerrero en el Colegio Nacional “Rafael Hernández” (1922), se indica en letra manuscrita que fue designado “Secretario Interino” a partir de septiembre de 1921. Para algunas de sus iniciativas, véase Guillemo Korn, “El teatro del Grupo Renovación”, en AA.VV., Universidad Nueva y ámbitos culturales platenses, La Plata, Universidad Nacional de La Plata, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, 1963, p. 280, y Luis Falcini, Itinerario de una vocación: periplo por tierras y hombres, Buenos Aires, Losada, 1975, pp. 135-136. Otras son aludidas en Saúl Taborda, “Casa del Estudiante en La Plata. Proyecto y exposición de motivos”, Revista de Filosofía, Cultura, Ciencias, Educación, año 7, nº 1, enero de 1921, pp. 121-129.
[9] Enrique Malatesta, Páginas de lucha cotidiana, Buenos Aires, Argonauta, 1921, p. 160. Todas las ediciones de Argonauta consultadas pertenecen al Centro de Investigación y Documentación de la Cultura de Izquierdas (cedinci) y la Federación Libertaria Argentina.
[10] Véase Julio Godio, Historia del movimiento obrero argentino, Buenos Aires, Corregidor, 2000, vol. 1, p. 169.
[11] Sobre estas revistas, véase Domínguez Rubio, El anarquismo argentino, pp. 218, 234 y 250.
[12] Véase Federico Antonio Ritsche y Teodoro Antilli, Archivo libertario: Primer Congreso Anarquista de la Región Argentina; Resumen crítico del Congreso Anarquista Regional, s/d., c. 1922.
[13] GS [Buenos Aires, octubre de 1922], p 10.
[14] GS, Davos Dorf, 26 de marzo de 1926, p. 4. Véase la correspondencia de Matera con Santillán en dasp-iigs, nº 179: “Matera (?) [Roque], 1922-1923”.
[15] GS, Buenos Aires, 14 de febrero de 1923, p. 3 [Buenos Aires, ¿octubre? de 1922], p. 3 y Marburgo, 20 de diciembre de 1923, p. 1. Véase la correspondencia de Santillán con Fernández en dasp-iisg, N° 101: “Fernández, José M., 1922-1924”. También se conservan cartas de Fernández y Sobrado en Max Nettlau Papers, Amsterdam, Internationaal Instituut vor Sociale Geschiedenis [en adelante: mnp] Nº 161: “Argonauta, La Editorial (Sobrado, M.L.), 1921” y N° 414: “Fernández, José M., Editorial Argonauta, Buenos Aires, 1924”.
[16] GS, Buenos Aires, 19-29 de septiembre de 1922, p. 8 y Buenos Aires, 22 de enero de 1923, p. 12. Aunque Santillán menciona a Juan Raggio, colaborador de Nuevos caminos. Revista quincenal de ideas, crítica y sociología (1920), como uno de los fundadores de Argonauta, Guerrero no hace referencia a él en estas cartas.
[17] GS, Buenos Aires, 19-27 de septiembre de 1922, p. 8.
[18] GS, Buenos Aires, 30 de diciembre de 1922, p. 8.
[19] GS, Buenos Aires, 28 de febrero de 1923, p. 1.
[20] Ibid., p. 2.
[21] Ibid., p. 3.
[22] GS, Buenos Aires, diciembre 30, 1922, pp. 19-20.
[23] GS, Buenos Aires, 19-27 de septiembre de 1922, p. 15.
[24] GS, Buenos Aires, 30 de junio de 1922, p. 5 y Buenos Aires, 10 de julio de 1922, p. 2.
[25] GS, Buenos Aires, 19-27 de septiembre de 1922, p. 15. Véase dasp-iisg, N°331: “Tarjetas de identidad de su trabajo como agente-corresponsal de la Editorial Minerva y Argonauta. 1923 y s/f. 2 ejemplares”.
[26] GS, Buenos Aires, 30 de junio de 1922, p. 5.
[27] GS, Buenos Aires, 24 de noviembre de 1922, p. 12.
[28] GS, Buenos Aires, 30 de junio de 1922, p. 14.
[29] GS, Buenos Aires, 13-27 de septiembre de 1922, pp. 17-18.
[30] Dora Barrancos, Anarquismo, educación y costumbres en la Argentina de principios de siglo, Buenos Aires, Contrapunto, 1990, pp. 233-234.
[31] GS, Buenos aires, 14 de febrero de 1923, p. 2. Sobre Barcos y la Liga de Educación Racionalista, véase Dora Barrancos, Anarquismo, educación y costumbres, pp. 70-83, Juan Suriano, Anarquistas: cultura pública libertaria en Buenos Aires 1890-1910, Buenos Aires, Manantial, 2001, pp. 245-249 y Nicolás Arata, “Julio R. Barcos: derivas de un pedagogo intempestivo”, en Julio R. Barcos, Cómo educa el Estado a tu hijo y otros escritos, Gonnet, unipe: Editorial Universitaria, 2013, pp. 21-25.
[32] “Informe sobre el ‘affaire’ internacional”, La Organización Obrera. Órgano de la Federación Obrera Regional Argentina Comunista, suplemento extraordinario nº 2, 1 de mayo de 1922, pp. 60-67. Sobre algunos aspectos de este episodio, véase Andreas L. Doeswijk, “Argentinos en el Hotel Lux”, Revista de Historia, n° 18, 2017, pp. 4-31. El autor, sin embargo, toma a Guerrero por un “sindicalista uruguayo”.
[33] Luis Juan Guerrero, “Buenos Aires, agosto 18 de 1921. Compañero secretario de la fora Comunista”, pp. 64-66.
[34] Osvaldo Bayer, Severino Di Giovanni, el idealista de la violencia, Buenos Aires, Galerna, 1970, pp. 345-346.
[35] Abad de Santillán, Memorias, pp. 57-58 y 88.
[36] GS, Buenos Aires, 14 de febrero de 1923, pp. 7-8.
[37] Ibid., p. 8.
[38] GS, Marburgo, 22 de noviembre de 1923, pp. 1-4 y 25 de noviembre de 1923, pp. 1-2.
[39] Pierre Ramus Papers, Amsterdam, Internationaal Instituut vor Sociale Geschiedenis (iisg), Nº 338: “Protokoll der Konferenz den Büros der Internationalen Arbeiter-Assoziation zu Innsbruck von 2. Bis 4. Dezember 1923”, p. 1.
[40] Pierre Ramus, La nueva creación de la sociedad por el comunismo anárquico. Primera parte: Fundamentos sociales del comunismo anárquico, trad. e intr. de Diego Abad de Santillán, Buenos Aires, Editorial Argonauta, 1928.
[41] Pierre Ramus Papers-iisg, Nº453: “Innsbruck, 1. xii.23. An Frau Sonja Grossman”.
[42] mnp-iisg, Nº 553, “Luis Juan Guerrero, Buenos Aires, Enero 2 de 1923” y “Max Nettlau, Lazarethgasse, 32, iii/22, Vienna (Austria), 10.ii.1923”.
[43] GS, Marburgo, 18 de diciembre de 1923, pp. 4-9. En 1925, con el título Miguel Bakunin. La Internacional y la Alianza en España (1868-1873) y un prefacio de Enrique Nido, el libro constituyó el primer volumen de la Biblioteca de La Protesta.
[44] AA.VV., El Congreso de Bolonia de la Unión Comunista Anárquica Italiana (1° al 4 de julio de 1920), Buenos Aires, Editorial Argonauta, 1920.
[45] Para las ediciones italianas de algunos de estos textos, véase Errico Malatesta, Programma anarchico accettato dal Congresso dell’Unione Anarchica Italiana in Bologna, 1-4 luglio 1920, Bolonia, Unione Anarchica Italiana, 1920, y Luigi Fabbri (comp.), Il fronte unico rivoluzionario: relazione sui rapporti del movimento anarchico con le altre forze sovversive e rivoluzionare: IIo Congresso Nazionale, Bologna 1-2-3-4 Luglio 1920, Bolonia, Unione Anarchica Italiana, 1920.
[46] AA.VV., Hacia una sociedad de productores. Lucha de ideas sobre los organismos de la Revolución proletaria en Italia, Buenos Aires, Editorial Argonauta, 1921, p. 2.
[47] Zino Zini, “El gestor de la nueva organización social: ¿Productor o ciudadano?” (“Da cittadino a produttore”, L’Ordine Nuovo, Turín, 21 de enero de 1920), pp. 3-13.
[48] Zino Zini, “El gestor de la nueva organización social, pp. 14, 15-25, 26-35, 36-37 y 38-53: “Punto de partida de los planes sovietistas” (extr. de AA.VV., Resoconto stenografico del xvi Congresso Nazionale del Partito Socialista Italiano (Bologna, 5-6-7-8 ottobre 1919), Roma, Edizione della Direzione del Partito Socialista Italiano, 1920); Nicolás Bombacci, “Proyecto Bombacci para la constitución de los Soviets” (“La constituzione dei Soviet in Italia, Avanti!, Milán, 28 de enero de 1920); Palmiro Togliatti, “El comunismo marxista y los planes sovietistas” (“La constituzione dei Soviet in Italia. Dal progetto Bombacci all’elezione dei Consigli di fabbrica”, L’Ordine Nuovo, Turín, 14 de febrero y 13 de marzo de 1920); Enrique Leone, “El sindicalismo y los planes sovietistas” (“Una dichiarazione di principi: sui problemi della Rivoluzione e dello Stato”, en AA.VV., Resoconto stenografico del xvi Congresso Nazionale del Partito Socialista Italiano, op. cit.); Argon, “El comunismo anárquico y los planes sovietistas” (“I Sovietici e loro constituzione”, Umanità Nova, Milán, 3 de julio de 1920).
[49] Ibid., pp. 54-66 y 67-75: [Angelo Tasca], “La concepción comunista marxista de los Consejos de fábrica” (“I valori politici e sindicali dei Consigli di Fabbrica”, L’Ordine Nuovo, Turín, 27 de diciembre de 1919) y M[aurizio] Garino, “La concepción comunista anárquica de los Consejos de fábrica” (“Sindicalismo e consigli”, L’Ordine Nuovo, Turín, 8 de noviembre de 1919).
[50] Enrique Malatesta, Páginas de lucha cotidiana, p. 9.
[51] Enrique Malatesta, En el café. Conversaciones sobre el anarquismo con una nota explicatoria e histórica de Luis Fabbri, Buenos Aires, Editorial Argonauta, 1926, p. 1.
[52] Véase Roberto Pittaluga, “De profetas a demonios: recepciones anarquistas de la Revolución Rusa (Argentina 1917-1924)”, Sociohistórica, n°11-12, 2002, p. 89 y n. 50.
[53] Luis Fabbri, La crisis del anarquismo, Buenos Aires, Editorial Argonauta, 1921.
[54] Ibid., p. 3.
[55] GS, Buenos Aires, 19 de septiembre 1922, p. 4, 14 de febrero de 1923, p. 3 y 30 de junio de 1922, p. 3.
[56] [Luis Juan Guerrero], “Advertencias preliminares”, en Luigi Fabbri, Dictadura y revolución, pról. de Enrique Malatesta, trad. de Diego Abad de Santillán, Buenos Aires, Editorial Argonauta, 1923, pp. 5-8. A fines 1925, luego de defender su tesis doctoral en la Universidad de Zúrich, Guerrero visitó a Fabbri en Corticella, provincia de Bolonia (GS, Venecia, 10 de diciembre de 1925, p. 2).
[57] AA.VV., ¿Soviet o Dictadura? El gran dilema de la Revolución Rusa, Buenos Aires, Editorial Argonauta, 1920, p. 3.
[58] Rodolfo Rocker, “¿Soviet o Dictadura?”, en AA.VV., ¿Soviet o Dictadura?, pp. 5 y 9-10. Con el título Di parlamentarishe tetigkayt in der arbayter bevegung- ratensistem oder diktatur? [La actividad parlamentaria en el movimiento obrero: ¿sistema de consejos o dictadura?], el ensayo fue publicado el mismo año en Buenos Aires por el Yidishe Anarkhistishe Grupe.
[59] Rodolfo Rocker, “Los principios en lucha: marxismo, bolschevikismo y anarquismo”, en AA.VV., ¿Soviet o Dictadura?, p. 22. El ensayo coincide con las secciones iii-vii del folleto Marx y el anarquismo, México, Grupo Cultural Ricardo Flores Magón, 1925.
[60] Emma Goldman y Alejandro Berkman, “Cartas desde Rusia”, en AA.VV., ¿Soviet o Dictadura?, pp. 14-18.
[61] Emma Goldman, Frank Harris, “Dos cartas de Emma Goldman y un comentario del director del Pearson’s Magazine, E.U.”, trad. de Francisco Filós (hijo), en Julio R. Barcos y Nemesio Canales (eds.), Cuasimodo. Magazine interamericano de información mundial, afirmación de ideas renovadoras y aquilatación de los valores intelectuales predominantes en España y América, nº 11, Panamá, junio-julio de 1920, pp. 65-69. Véase Emma Goldman, The Emma Goldman Papers, ed. de Candance Falk, Stephen Charles Cole et al., Berkeley, University of California, 1995-2005 <http://sunsite.berkeley.edu/Goldman>: Writings, Draft, Publications, and Speeches: Publications: “Letters from Russia. In Spanish. Estimado señor Harris [192-?]” y “Letters from Russia. In Spanish. Estimada compañera Comyns [192-?]”.
[62] Ibid., pp. 15-16.
[63] Emma Goldman y Alejandro Berkman, “Cartas desde Rusia”, p. 16.
[64] Ibid., p. 17.
[65] Ibid., pp. 17-18.
[66] Véase GS, Marburgo, 20 de diciembre de 1923, pp. 3-4.
[67] GS, Davos Dorf, 26 de marzo de 1924, p. 2. Véase Emma Goldman, My Further Disillusionment in Russia, Garden City, Nueva York, Doubleday, Page & Company, 1924.
[68] Pedro Kropotkin, “Llamado a los pueblos occidentales contra la intervención capitalista y contra la dictadura política”, en AA.VV. ¿Soviet o Dictadura?, pp. 19-23.
[69] Véase Peter Kropotkin, “Letter to the Workers of Western Europe” (The Labour Leader, 22 de julio de 1920), en Kropotkin’s Revolutionary Pamphlets: A Collection of Writings by Peter Kropotkin, ed. de Roger N. Baldwin, Nueva York, Vanguard Press, 1927, pp. 252-255.
[70] GS, Buenos Aires, 19-26 de septiembre de 1922, pp. 14-15.
[71] Pedro Kropotkin, “Llamado a los pueblos occidentales”, p. 19.
[72] “Makhno y la aplicación de los principios anarquistas en Ucrania”, en AA.VV., ¿Soviet o Dictadura? pp. 29-32. Podría tratarse de la traducción de “Les anarchistes et la défense de la révolution russe: Makhno et ses partisans”, firmado por “Un russe”, en Marc Pierrot y Paul Reclus (eds.), Les Temps nouveaux. Revue internationale des idées communistes [communistes libertaires], nº 9, París, 15 de marzo de 1920, pp. 6-8. Sin embargo, el párrafo final de la versión castellana difiere.
[73] Volin, “Prólogo”, en Pedro Archinoff, Historia del movimiento machnovista (1928-1921), trad. de Diego Abad de Santillán, Buenos Aires, Editorial Argonauta, 1926, p. 21.
[74] Rodolfo Rocker, Bolshevismo y anarquismo, Buenos Aires, Editorial Argonauta, 1922 y GS, Buenos Aires, 19 de septiembre de 1922, p. 2. El libro fue publicado en Buenos Aires, en su idioma original, por el Yidisher Anarkhistisher Grupe. La reedición española fue realizada por la Biblioteca de “Tierra y Libertad”.
[75] Cito aquí según la paginación de Rudolf Rocker, Bolcheviquismo y anarquismo, Buenos Aires, Editorial Reconstruir, 1959, pp. 19, 10, 32 y 65.
[76] GS, Buenos Aires, 13 de septiembre de 1922, p. 4.
[77] Ibid., pp. 4-5.
[78] GS, Buenos Aires, 19-27 de septiembre de 1922, p. 3.
[79] Ibid.
[80] [Luis Juan Guerrero], “Prólogo”, en Rodolfo Rocker, Artistas y rebeldes. Escritos literarios y sociales, trad. de Salomón Resnick, Buenos Aires, Editorial Argonauta, 1922, p. 15.
[81] Ibid., pp. 8-9.
[82] Ibid., p. 9.
[83] Ibid., p. 17.
[84] Ibid., p. 19.
[85] Ibid., pp. 20-23.
[86] GS, Buenos Aires, 19-26 de septiembre de 1922, p. 12.
[87] GS, Buenos Aires, 29 de noviembre de 1922, pp. 5-6.
[88] Ibid., p. 6.
[89] GS, Buenos Aires, 29 de noviembre de 1922, pp. 6 y 8-9. Véase Peter Kropotkin, Ideals and Reality in Russian Literature, Nueva York, A. A. Knopf, 1905. El libro fue traducido por Salomón Resnick, en 1926, para la editorial Manuel Gleizer.
[90] Pedro Kropotkin, Ética (Parte primera). Origen y evolución de la moral, trad. de Nicolás Tasín, Buenos Aires, Editorial Argonauta, 1925.
[91] Véase Peter Kropotkin, Ethik. Erster Band: Ursprung und Entwickelung der Sittlichkeit, Berlín, Der Syndikalist, 1923.
[92] GS, Zúrich, 22 de julio de 1925, pp. 3-4. Se trata de la subdivisión de los capítulos 6, 7 y 8 para conformar los capítulos del 6 al 10.
[93] [Luis Juan Guerrero], “Nota editorial”, en Pedro Kropotkin, Ética, p. 3.
[94] GS, Buenos Aires, 30 de junio de 1922, p. 3.
[95] Ibid., pp. 3-4.
[96] Romain Rolland, Nicolai el pensamiento social contemporáneo, Buenos Aires, Editorial Minerva, 1922.Véase Romain Rolland, “Un gran Européen: G.-F. Nicolai”, Demain, nº 18-19, octubre-noviembre de 1917, pp. 337-357 y 13-30 (reed.: “La Biologie de la guerre du docteur Nicolai”, L’Avenir International. Revue Mensuelle de Action Sociale, Littéraire, Artistique, Scientifique, París, marzo-julio de 1918; recop. en Les Précurseurs, París, L’Humanité, 1919, pp. 146-184); asimismo: G. F. Nicolai, “La reacción y los sabios”, España. Semanario de la vida nacional, nº 272, 17 de julio de 1920, pp. 7-8. El texto de Bernard se reprodujo como prólogo en Cerebro e inteligencia, Buenos Aires, Ediciones Imán, col. Cuadernos Económicos, 1935; fue incluido más adelante, junto con la traducción del ensayo de Rolland, en Liberación del trabajo, prólogo de Aquiles Martínez Civelli, Buenos Aires, Editorial Americalee, 1941.
[97] GS, Buenos Aires, 30 de diciembre de 1922, pp. 19-20.
[98] GS, Buenos Aires, 30 de junio de 1922, p. 7.
[99] Ibid., p. 7-8.
[100] Ibid., p. 8.
[101] Ibid., p. 9 y “Lista de libros”, p. 3.
[102] Ibid., “Lista de libros”, pp. 3-4.
[103] Ibid., “Lista de libros”, p. 4. Véase Pablo Natorp, Em. Kant y la escuela filosófica de Marburgo, trad. y notas de Juan Vicente Viqueira, Madrid, Francisco Beltrán, 1915, pp. 16-17.
[104] Ibid., “Lista de libros”, p. 5.
[105] Ibid., p. 11.
[106] Ibid., “Lista de libros”, pp. 11-12.
[107] Ibid., p. 12.
[108] Ibid., pp. 12-13.
[109] Ibid., p. 13 y “Lista de libros”, p. 1. Véase Wilhelm Windelband, Storia della filosofia, trad. de Eugenio Zaniboni, 2 vols., Milán-Palermo-Nápoles, Remo Sandron, 1910 y Manuel García Morente, La filosofía de Kant: una introducción a la filosofía, Madrid, Librería General Victoriano Suárez, 1917.
[110] GS, Buenos Aires, 30 de junio de 1922, p. 15.
[111] Ibid., pp. 15-16.
[112] Luis Juan Guerrero, “Matrikel”, Uniarchiv Marburg: 305m 1, nº 81, 1923-1924.
[113] Luis Juan Guerrero, “Luis Juan Guerrero, aus Buenos-Aires, 11. Juli 1925”, Universität Zürich, Promotionen Phil. Fakultät i, 1925: U 109e 24, docs. 1,2 y 3.
[114] Véase Ricardo Ibarlucía, “Estudio preliminar”, en L. J. Guerrero, Qué es la belleza y otros ensayos, Buenos Aires, Editorial Biblos, col. Pasajes, 2017, pp. 10-11, y “Por los caminos de España: tras cartas de Luis Juan Guerrero a Miguel de Unamuno”, Cuyo. Anuario de Filosofía Argentina y Americana, vol. 34, 2017, pp. 143-172.